Historias del Buenos Aires Hardcore. El mensaje distorsionado
Con cada década arriban nuevos
movimientos y tendencias, así es como lo comprenden las compañías dedicadas al
marketing y los distintos estudios sociológicos realizados por agencias
especializadas. El movimiento Hardcore llegó a la Argentina a finales de los
ochenta proveniente de los Estados Unidos.
Recientemente se publicó el libro Historias del Buenos Aires Hardcore de
Julián Vadalá, es así que por primera se ven plasmadas aquellas vivencias
urbanas y musicales que marcaron a una generación.
176 páginas con
anécdotas de un grupo de adolescentes,
en aquel entonces, que como cualquier otro se juntaban en la esquina del barrio
a pasar el tiempo. La historia comienza en
los monoblocks de Catalinas Sur,
más conocido como La Boca, allí en la plaza “Islas Malvinas” se daría
lugar a las primeras reuniones de lo que más tarde se conocería como el
movimiento Buenos Aires Hardcore .
“Durante
el 92 se comenzó a dar un mensaje de no violencia. Para nosotros era importante
ya que veníamos de una época de muchas peleas. Por algunas personas fue
malinterpretado y se lo calificó de -Hardcore Positivo – ”, dice Lucky de D.A.J
y fundador del sello Mentes Abiertas durante una de las entrevistas.
El escritor de este libro es protagonista de la historia y su
relato está avalado por otros como “El Indio” de 2 minutos, Yago de Minoría
Activa, Mariano Gonzalez skateboarder profesional y ex integrante de 13 al
diablo y Gianfranco de Genaro de B.O.D. entre otros. Todos mantienen diálogos
con el autor que son plasmados sin ningún tipo de edición, esta publicación puede
ayudar a un forastero a comprender por qué todas estas bandas usaban siglas
para identificarse y qué querían decir. Una muy recordada es “no demuestra
interés” (N.D.I) que remonta a la época en que las calificaciones en los
colegios habían dejado de ser con números.
El movimiento tuvo su auge y como suele ocurrir sus pioneros
se fueron desentendiendo, allí es cuando llegó la etapa que se conoció como
“Straigth Edge”, actitud que comprende a pautarse límites como no comer carne,
no beber alcohol ni consumir drogas y llevar una vida con respeto por sí mismo
y los demás. Así fue como se identificaron con una X, esto generó confusión o
desconcierto en una sociedad que veía a este grupo como descontrolados y fue
cuando una vez más el mensaje llegó distorsionado.
Para los locales la gloria se dio cuando las bandas como
Agnostic Front, Sick of it All, Bad
Religion o D.R.I tocaron suelo argentino, en alguno de los casos fueron esos
mismos chicos de la plaza Islas Malvinas los que lograron concretar las visitas
y organizar los recitales teniendo que pedir dinero prestado y asumiendo
responsabilidades que nunca antes hubieran pensado.
1 “Después del colegio me dedicaba a andar en
Skate, nos divertíamos barato y sanamente. Ser skater nunca fue algo muy
popular”, afirma el autor, Julián Vadalá en una de sus líneas.
El look los identificaba. “En aquellos años 88 y 89 era
difícil ver a alguien con unas bermudas, gorra y unas vans”, asegura el autor
en uno de sus párrafos y agrega, “mucho menos con un Skate”. Más tarde en
distintos locales comerciales de lugares recurrentes de hoy día como la galería
bond street se conseguirían remeras hechas a mano con inscripciones de bandas hardcore
y alguna prenda que fuera de ese gusto. Los destacados y difíciles de conseguir
eran los pantalones camuflados, tipo
militar, por lo que en varias ocasiones eran detenidos por la policía ya que se
los presumía skinheads.
Formar parte de algo distinto, llevarlo adelante y después de lo vivido recopilarlo para plasmarlo en un libro tiene sus méritos, esto permite a los que hoy escuchan esta música o gustan de andar en skateboard saber de sus orígenes aunque sea a nivel local.
Nota realizada en 2009 y publicada en Revista BK www.bkmag.com
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