La Experiencia Argenwaii
Historias de argentinos que viven en
Maui como protagonistas de sus sueños
Francisco Goya, Windsurfer |
En algún momento se pensó que todo podía sucumbir cuando
una hormiga argentina llegó a Maui a cumplir tareas
vinculadas con la tierra. En el estado de
Hawaii es donde los sueños de los “enfermos” por las olas y el verano
eterno parecieran cumplirse. Existe una legión argentina que imita aquellos
pasos de la primera conquistadora, aquí los protagonistas. Francisco Goya es una leyenda mundial
del freestyle windsurf y fundador de Goya Windsurf, por otro lado Matías “La Boa” Bessaso es surfista,
skater y un pujante empresario director de Rising Sun Electric compañía
dedicada a la instalación de paneles solares que resultó premiada por su
crecimiento en 2008.
Matías “La Boa” Bessaso
dejó detrás a su Martínez natal y unos estudios de arquitectura
inconclusos, asumió el desafío de llegar a un país con reglas preestablecidas a
las que tuvo que adaptarse. “Primero
llegué a California, allí sin muchas opciones me desempeñé como electricista.
Maui nada tiene que ver con el “mainland”- así se refieren al continente-. Acá vivo mi sueño a diario, estoy en contacto
directo con la naturaleza, si querés ir a surfear lo podés hacer en cualquier
momento, tenés ganas de ver unas cataratas vas y están; un volcán no hay
problema el Haleakala está ahí nomás”, contaba el director de Rising Sun
Electrics mientras conducía su camioneta rumbo a disfrutar una tarde de skate
en una pista pública.
A Bessaso lo catapultó
su pasión por el surf y a Francisco Goya
la adrenalina de las tablas con velas, su desempeño como deportista hizo que fuera
en la busca de la ola perfecta y continúa; ese lugar existe en Maui y se llama Haiku.
Año 2001, de memorias poco
agradables para los argentinos, Goya lesionado impuso su estilo al enfrentar
las olas más difíciles y la vez concretó algunos trucos de su autoría que sellaron
su nombre y el de la Argentina como referencia mundial en este deporte. “La primera vez que vi windusrf fue en el ’83
a través de mi hermano que tenía un poster con una foto increíble. Poder ir a
surfear es una mezcla de surf, skate y ski acuático. Vi que había una disminución
del impacto al caer y a partir de ese
momento mi cabeza solo pensaba en saber si había viento para poder ir a andar. En
el colegio me guardaba todas las faltas para los días de viento”, recordó
Goya mientras reía en su “oficina fuera del agua” como le gusta llamar a su
lugar de trabajo.
En Goya Winsurf se fabrican tablas y velas a medida que se
distribuyen a nivel mundial. Junto a él trabajan varios argentinos además de
suizos, franceses e italianos.“Cuando me fui de California llegué
a Maui y solo conocía los nombres de las playas para surfear, me tomé un taxi
en el aeropuerto hasta Haiku para encontrarme con un amigo. Después de un rato
me di cuenta que me había olvidado el pasaporte y algunos pocos dólares en el
taxi, llamé al 911 y lo encontraron ..! ¡No lo podía creer..! Festejé con unas
donuts y una Budweiser”, contó Matías entre risas al rememorar su primera
experiencia Hawaiiense.
Maui es una isla con 120 mil
habitantes sus paisajes se asimilan a Bariloche y contrasta con otros de tierra
colorada casi como si se estuviera en Misiones, la tierra volcánica y el estilo
de vida estadounidense comprendido en el orden y centros de compras generan un
mixtura poco común para el ojo argentino. Actualmente un grupo de nativos
suelen reunirse a debatir y plantear el regreso al reinado con el fin de
independizarse de Estados Unidos, seguramente algo muy poco factible y que
dejaría al Presidente Obama sin ciudadanía.
“Desde que comenzó mi sueño de vivir del windsurf hasta que finalmente
gané ocho competencias mundiales pasaron diez años, cuando quedaba segundo
pensaba qué podría haber cambiado para salir primero y ni hablar cuando resultaba
anteúltimo”, recordaba así el windsurfista los primeros días de competencia
y agregó, “También es disfrutar el camino,
aprender y más que nada viajar muchísimo para ver diferentes culturas y no todo
se cierra en los resultados”.
Mantener sus convicciones fue lo que llevó a
Bessaso a comenzar con el proyecto de instalación de paneles solares, “Cuando empezamos con mi socio usamos uno de
los cuartos de su casa, para ofrecer nuestro producto agarrábamos la guía y
llamábamos a empresas de refrigeración, almacenes y otras que tuvieran un techo
grande. Al principio nadie nos daba bola; por eso creo que el mejor negocio no es el novedoso sino el que ya está
porque de otra manera tenés que invertir en educar a la gente. Esos son años de
poner guita casi como si empujaras una piedra cuesta arriba durante mucho
tiempo”, afirmó.
El compromiso con la ecología y
el futuro inmediato es real en Maui, sin
olas Francisco no puede surfear y su negocio se terminaría, sin sol Matías
vería oscuro su emprendimiento que tantos años de trabajo le llevó establecer.
“En más de una oportunidad vamos a los
colegios y educamos con respecto a la energía solar y sus beneficios. Con
humildad te diría que nosotros formamos parte de una de las soluciones a los
principales problemas que tiene el mundo hoy”, concluyó el director de
Rising Sun Electrics para luego irse a su casa a una sesión de música con sus
compañeros de surf y trabajo.
“Nuestro próximo desafío es la producción
“verde”, es obvio que sino incorporamos las tecnologías necesarias puede llegar
a desaparecer el deporte. El skate, el surf y el windsurf entre otros tienen su esencia en la “rebeldía” tenemos que
adaptarnos para no ser Fidel Castro un día y después convertirte en el Estado. Las
nuevas generaciones vienen a cambiar todo y en nuestra compañía cuando hablan
los chicos nos callamos, con la comunicación tan rápida de estos días, lo que
dicen no es el futuro es el hoy y nosotros lo tomamos como una ley”,
concluyo el windsurfista argentino.
El estado de Hawaii es un ícono
dentro de los paraísos mundiales, desde 1960 estas islas pertenecen
oficialmente a los Estados Unidos y eso conlleva a facilidades económicas que
como argentinos desconocemos, Besasso y Goya reflejan la autodeterminación por
vivir de lo que les gusta y no detenerse hasta cumplirlo.
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Agradecimientos: Fernando Covarrubias y
Roxana Juiz Ferro
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